martes, 26 de julio de 2016

Cuba: recuerdos de un primer amor. - Poema -

Poder, Luz, visión, sabiduría, protección, suerte, energía...


Viejos de la Cuba a la que tanto necesito abrazar,
va por ustedes.

Cuba es bella,
como el cautivador malecón gaditano,
como las playas saladas de Varadero,
como las tierras donde nacieron nuestras banderas.

Bandera roja y gualda,
bandera rayada de pureza y mar,
de sangre y Sol,
con cinco puntas... buscando Amor.


Libertad, fraternidad e igualdad,
porvenir que se cuela desde Occidente a Oriente,
armonía y naturaleza
sangre de una tierra regada por la caridad.

Hércules, Plus Ultra, reinos y medievo;
Flor de Lis Real que acoges a los Reinos,
a Castilla, a León y a Aragón,
a Granada, Navarra y al Reino de los Borbón.

Amor, caricia garbosa,
salobre emoción,
flaca naturaleza,
perla del Caribe que embriagas con tu pasión.

Pasión y sangre,

cuna y vida,
refugios que adormeces al dolor,
allá donde los recuerdos, de lo que una vez fuimos, nos abrazan con emoción.
Emoción por los momentos,
estaciones estancadas en las raíces,
cunas que nos ven nacer, lo que siempre seremos,
lo que hemos sido y lo que una vez soñamos llegar a ser.

Ser que no deja de regresar,
de rememorar las calles que te vieron amanecer,
de sentir aquello que te enamora,
aquella música que danza entre la Vieja Habana y la Caleta.

Caleta, adorno de tierra blanca, donde nuestra mirada,
donde nuestra sonrisa desea soñar;
donde nuestro mapa echa de menos, siempre de lejos,
las caricias de ese mar caribeño que necesita de nuestros besos.

Besos a un primer amor, 
frente a la isla bella, Al yazira, 
Al hadra, en otra orilla en un mismo tiempo
lugar donde mis viejos añoraban sus raíces.

Va por ti Cuba, va por tí Cádiz,... va por ti Algeciras.

Juanjo Sánchez  ©
26 de julio, 2016 Santa Ana.

Dedicatoria especial

En noche víspera de un sesenta aniversario, a tí... madre, a ti... padre. Gracias por quién hicisteis que fuera, por en quien me convertí y por quién siempre seré. 

Vosotros fuisteis los artífices de mis locuras, de la sangre que me recorre las venas y sabéis que siempre seré lo que quisísteis que fuera. 

Tú, madre quien una vez me dijiste: "llegara quien te ame de verdad" hoy sé que no erraste, ¿la encontré?; tú, padre quien fuiste el personaje más envidiado por tu carácter y nobleza, por tu dolor y esfuerzo, por tu generosidad y sensibilidad artística..., a ti padre por ser quien fuiste, con virtudes y vicios, con desconocimiento y grandes dosis de aprendizaje, he aquí tu hijo casi 45 años después. 

¡Nada tengo y todo lo tendré! 

Será que soy quien soy, vuestro hijo.

Juan José Sánchez Rabaneda - Pérez Infante ©


 


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