lunes, 20 de enero de 2014

Ángel Perales Crespo

“La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia” Aristóteles 

De pelo canoso y piel arrugada por la experiencia y el sufrimiento humano; de atenta mirada aparentemente turbia, rasgada y transparente siempre que mira al horizonte recrea en su imaginación grandes obras, figuras y nuevos colores. De tez afable y sentimientos emocionados recrea un mundo de creatividad e imaginación sorprendente. Retratista desde que tenía diez años, hacía bocetos por encargo que su padre recreaba en tallas de madera. Apasionado por el sentir humano, por el mar, por el bosque, por el monte que se asoma al balcón del Atlántico, por los colores, por la magia del Arte, la pintura y la escultura estudió Bellas Artes, convirtiéndose en maestro y alumno perenne de las Artes plásticas. 

Promotor de varias exposiciones propias y presentador de obras inéditas en galerías y exposiciones, Ángel Luis Perales Crespo, donostiarra nacido un mes de mayo al comienzo de la década de los cincuenta, se emociona cuando piensa en sentir el abrazo de sus hijos. Se considera un “Mozart” de la pintura y le seduce la música Barroca, la misma que le arrastra a dar formas a retratos y cuadros con el placer que le proporcionan los olores y sabores de un trabajo bien hecho. Buscador eterno de la perfección es el único varón de los cinco hijos de un gran ebanista y una ama de casa, ambos fallecidos muy jóvenes. 

Humilde y preocupado por la profesión, por continuar aprendiendo, por seguir adquiriendo técnicas, el artista se convierte en maestro y el maestro bebe de la sabiduría misma de los aprendices. 


“El artista es la mano, que mediante una tecla determinada, hace vibrar el alma humana” – Wassily Kandinsky – 

Tras una comida en la Sociedad Vasca “Jauregui Elkartea” y tras algunas botellas de vino blanco las miradas juegan y los sentimientos afloran al enseñar parte de sus creaciones al óleo. Un par de cafés son testigos del placer de la compañía de Ángel Perales, un autor poco conocido y que ya comienza a formar parte de un proyecto de “Coffee with Juanjo© de Juanjo Sánchez como dibujante y diseñador para las portadas de las biografías de Memorias Ediciones. El “Canon en re mayor” de Pachelbel embriaga el ambiente relajado de su estudio.





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Ángel, ¿Ángel o Demonio? 

Ambos. Los dos son ángeles, ¿no? 

¡Vaya!

Depende de cómo tengamos el día y de cómo estemos de ánimos e inspiración. 

Arte, ¿desde cuándo? 

Desde siempre. Con diez años mi padre ya me encargaba bocetos que luego él tallaba en madera. Era ebanista. 

¿Te especializaste? 

Si, me encanta retratar a personas. 

¿Qué recuerdas de tus padres?

El murió con cuarenta y dos años, ella se crió cultivando la tierra en lo que aquí se llaman “los caseríos”. Éramos humildes, muy humildes aunque hubo una época que fuimos algo más adinerados.

¿Por qué? 

A mi madre le tocó la Lotería Navidad y coincidió ese año con mi comunión y, en vez de celebrarla en casa como era costumbre, se hizo en un restaurante. Recuerdo de mi padre que era un gran habilidoso de la madera y hacía tallas. También era un gran aficionado a la pesca, cosa que he heredado de él y de quien aprendí todas las artes del anzuelo y trucos de amarres. 

¿Alguna admiración por algún profesor en concreto que hayas tenido en tu profesión de artista?

Tuve profesores muy buenos, “Barona” uno de ellos, no recuerdo su nombre. Y “Jesús Rodríguez Catalá”, nacido en San Sebastián en 1916 y persona muy precoz en su vocación artística. Un virtuoso con unas facultades maravillosas para el dibujo. Me influenció bastante. 

¿Has dado clases? 

También he dado clases, si pero de forma privada. He estado dando clases en Bélgica, por ejemplo donde tenía que hablar en Francés. 

¿Vendes cuadros? 

El mercado está como está. Si vendo, pero no cobro lo que debiera cobrar. A veces, el valor de la obra de un pintor es incalculable. Hago cuadros a medida y soy consciente que hay gente muy humilde que quiere tener la foto de su hijo, de algún familiar y que no tienen dinero para pagar lo que vale realmente. Entonces llegamos a acuerdos y los vendo muy económicos. Nunca me excedo en los precios, siempre por debajo, es una satisfacción por una parte y, por otra, trato de subsistir con ello. 

¿Qué técnicas utilizas? 

Hago de todo. Utilizo todas las técnicas de pintura. Utilizo bastante la superposición de capas al óleo como lo hacían Velázquez y Caravaggio porque considero que el resultado es el más correcto para darle la luz a la piel, por ejemplo, aunque también puedo hacerlo impresionista. A parte de usar buenos lienzos compuestos de lino y algodón, utilizar capas muy finas me da los resultados de color que yo quiero para que reflejen un sombreado natural sin líneas. Cuando trabajo con aguadas, por ejemplo tintas chinas, acuarelas o guaches busco un buen papel Guarro, Fabriano… de trescientos gramos que le da una gran calidad al resultado final. Y a lápiz o carboncillo igual. 





Comenzaste muy joven esta profesión ¿Tuviste inconvenientes en tus comienzos?

La mili me rompió los esquemas, estuve en el Ejército del Aire en Madrid en la Comandancia Militar como chófer y en Zaragoza luego, y después fui padre muy joven con veinticuatro años. Tuve que ponerme a trabajar para llevar dinero a casa, así que he sido comercial, aparte de pintor. 

¿Recuerdas aquella época militar? 

He tratado de borrarla de mi mente. Aunque siempre trato de no olvidar los buenos momentos. Algo que recuerdo con nostalgia es mi primer coche, un “Goldini”. Lo volqué el primer día y todos los que íbamos en el coche nos echamos a reír. 

¡Vaya pájaros estabais hechos!

Me dijeron “mira lo que has hecho” y nos reíamos sin parar. Íbamos a un pueblo de Zaragoza que estaba de fiesta ese día 

¡Mírate! Sigues riéndote después de los años.

¡Claro! jajaja Entre todos pusieron, yo también, un poco de dinero para comprar otro “Goldini”. 

Eso sí que es unidad. 

Uno de la cuadrilla tenía una chatarrería, un desguace. Y cuando veía una oportunidad lo decía. Nos costó quiero recordar unos mil duros de entonces. 

¿Lo volviste a volcar? 

¡Noooo! (No deja de reír)

Hombre enhorabuena. 

Vayamos más atrás. 

¿Qué recuerdas de tu infancia? 

Tuve que correr mucho para aprobar un curso de bachiller. Estuve un año sin ir al colegio. Me dieron por muerto, estuve en coma por un tiro de caza que me alcanzó en la cabeza por error del tirador. Y cuando me recuperé tuve que, después de haber salido del coma, aplicarme muchísimo.







¿Cómo ocurrió el accidente? 

Aquí la caza está muy socializada y en aquella época aún más. Me inicié con mi padre en la caza de muy jovencito. Y no sé si fue por que imitaba muy bien a la malviz, un pájaro que es como un estornino, recibí un disparo de escopeta de caza, un disparo que iba dirigido a un pájaro. Estuve convaleciente un año y muchísimo tiempo en coma. Gracias a los profesores que me ayudaron muchísimo, tuve que hacer segundo de bachiller a toda pastilla, habían cambiado todos los libros y aquello fue enfrentarse a algo nuevo, pero lo superé. Imitador de un pájaro, ya decía yo… Después de haber superado aquel episodio y con la edad que tienes 

¿crees que la vida te ha enseñado a adaptarte fácilmente a los cambios?

Sí, aunque ya con la edad cuesta más. Aunque sobrevivir es ley de vida y uno se tiene que adaptar si quiere seguir luchando.

¿Dónde encuentras la motivación para seguir adelante en la lucha? 

No lo sé, estar vivo, la pintura, la música. No concibo la pintura sin la música. Pero para pintar necesito música Barroca, como esta que estamos escuchando, el “Canon en re mayor” de Pachelbel. 

Te imagino invisible ante un lienzo y un cuadro que se va dibujando frente a mí, por ejemplo este del “Peine de los Vientos” en las costas Atlánticas.

El Barroco me acompaña, me deja pintar pero cuando escucho a Beethoven, a Tchaikovsky y a Vivaldi no pinto. Y con Wagner menos aún, con ese sí que es imposible.




Me has hablado de la caza, y sabemos que la pesca también es un arte, un deporte o afición que está muy introducida en la sociedad vasca y eres gran aficionado. “Háblame del mar marinero / Dicen que hay toros azules en la primavera del mar…/ y las mantillas las nubes que las mueve el temporal…/ Dime si es verdad lo que dicen de él… / Cuéntame que sientes allí, junto a él.” 

Un día de pesca… Estoy en el mar, lanzo la caña, me siento en una roca y el horizonte me nubla la imaginación, me cautiva. Hace que viaje en el pensamiento hacia el infinito. Veo formas redondeadas. Todas muy libres, sin limitaciones, creaciones desconocidas. Me llama poderosamente la atención esa percepción de libertad y las formas circulares y redondas. 

¿Por qué lo circular?

Todo lo redondo es libertad… Sí, lo es, por que las estructuras van cerrando caminos. Hasta las esquinas lo hacen. Y, ¿por qué no? No, no quiero límites. ¿Por qué cerrarse a la creatividad y ser esclavos de nuestros límites? Somos seres infinitos. Vamos, esa es mi percepción. 

Y respecto a esos colores que usas ¿Qué destacarías? 

Respecto a los colores que uso dependen de cada situación. No tengo predilección por ninguno. Me gustan todos. Es más, técnicamente está demostrado que los colores nos engañan. Todo depende del prisma o la luz con que se miren. Son engaños fáuticos con los que contamos los pintores a la hora de hacer sombras y luces.

Te motiva la vida, la pintura ¿Y qué te emociona? 

Ver resultados. Y me cabrea mucho no conseguirlos. También me emociona el sexo, pero ya con sesenta y tres años no es igual. 

¿Cómo que no? 

Yo te lo digo 

¡Vale! 

Aunque todo dependerá de las personas. 

¡Bueno! ¿Me has llamado viejo? ¡Quizás! Jajaja Solo quizás jajaja 

Jajaja Ahora a ver quien es el pájaro. 

¿YO?

No sé jajaja.






Nada de eso tiene que ver con la edad, todo depende de muchos factores. Cambiando de tema que nos vamos por los cerros de Úbeda, ¿por qué Donosti? 

Por que nací aquí, por mi familia, por el mar... para mi es imprescindible y Donosti lo tiene todo. Y ¿por qué no Donosti? Pues porque no todo el mundo puede vivir aquí, que no venga todo el mundo que aquí es muy cara la vida. No todo el mundo puede venir a vivir a este rincón jejeje

Gracias por el cumplido y por no considerarme cualquiera. 

Tú no eres cualquiera. 

Gracias de nuevo. Eso se lo dices a todos y todas ¿no? 

Aquí son bienvenidos todas aquellas personas de buen corazón. Somos todos humanos. Pero tu no eres como los demás. 

¿Has vivido en algún otro sitio?

Si, en Ostende, Bélgica. Fue mi estancia más larga fuera de mi tierra. Frente a las costas Inglesas y pude vivir allí por que había mar. También he vivido en un pueblo pesquero de Inglaterra, muy bonito. Precioso. 

¿Donde has expuesto? 

En Donosti por supuesto, la primera exposición allí fue en la galería “Punto y Coma”, estuve a punto de ir a New York. Recibí una invitación para ir, de Álex Garmendia un artísta Guipuzcuano que se instaló en los Estados Unidos en la década de los noventa, pero no tuve posibilidad de ir. También he expuesto en Barcelona.

¿A quien destacarías de compañeros y amigos artistas?

Bonifacio Alfonso Gómez Fernández, fue impresionante. Echamos sus cenizas al mar, un gran amigo, persona, pintor, artista, músico de jazz, torero. Compartí muy buenos momentos con él. Solo hablo de las personas que me impresionan, de quienes destacaría. Hay muchos puntos de vista en relación al arte y como todo es absolutamente respetable. 

¿Opinas que la pintura es puro sentimiento? 

La pintura se ha pervertido, se ha convertido en un negocio como todo. Se ha hecho de la pintura un negocio sin calidad. Un pintor está obligado a crear, a innovar. Actualmente, la verdad es que hay pocos pintores que pudiera destacar. Hay que aportar nuevas cosas, nuevos espacios, nuevas creaciones no siempre lo mismo y solo para ganar dinero.







Nos ha presentado Rafael Infante, ¿quién es Rafalito Infante?

Un sinvergüenza, otro "Pájaro" con mayúsculas y con mucha creatividad. En pintura no puedo opinar mucho porque me falta aún ver lo bueno, pero en escultura es buenísimo y ni él mismo lo sabe. Tiene una creatividad desbordante. Un "Sinvergüenza", de nuevo con mayúsculas, al que quiero muchísimo y con el que voy a exponer en el bar “Iturritxo” el próximo mes. Invitaremos a los amigos a la presentación. Esperamos otras exposiciones también en breve. Y nuestras obras sus esculturas y mis oleos están dispersos por locales de la ciudad. 




¿Piensas en la muerte? 

Me queda poco jajaja. Estoy de broma, tengo que durar mucho, estoy en tratamiento con “quimio” pero de esta voy a salir. Tengo mis momentos de mal genio, de perder la noción del espacio-tiempo, de insensibilidad en los dedos, de tener lagunas mentales, de falta de concentración, pero me he llegado a dar cuenta que es todo a causa del tratamiento. Y cuando he llegado a ser consciente de ello he comenzado de nuevo a aprender. 


Un último pensamiento

Qué cada persona que ame el arte, tenga una obra de arte en su vida. 


Una última voluntad. 

Abrazar a mi hija y a mi hijo.





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Persona amable, cercana, entrañable, emocionante, interesante y creativa se emociona al hablar del Arte, de su hija y de su hijo. Ángel Perales y su obra hacen que los pensamientos se nublen y se diseñen nuevos espacios de sentires y olores. Olores y sabores a añejo, a nuevo, a futuro, a emocionantes paisajes y retratos que cobran vida o se reflejan en el espejo mágico de un lienzo, por que no hay cosa más absurda y a la vez más maravillosa que observar una obra de arte desde el reflejo interior de su propio padre.



Juanjo Sánchez 

17 enero, 2014 
Donosti, San Sebastián




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