jueves, 16 de julio de 2015

Y de nuevo el circulo vuelve a rodar, el amanecer refleja rayos de esperanzas y el anochecer el titilar de los sueños. En el camino del Éxito se siguen sucediendo nuevos momentos de sorpresas, alegrías y confortables encuentros.

Como diría la canción de Antonio Quintero y Rafael de León con música de Quiroga, y con alegría: "Con las bombas que tiran los fanfarrones..."

Hay demasiado fanfarrón, poetisos de versos chuletas, decadentes e irónicos cantamañanas con oficios y sin beneficios o sin labores y envilecimiento, explotadores de sentimientos y difamadores de la vergüenza que no admiten la cantidad de andanadas que aventuran sus palabras y sus acciones, que en parte reconocen poder tener problemas, pero que continuan sus acciones, acciones que a la hora de la verdad reflejan el caracter solitario, desolador, fugaz y patético que abanderan incluso los protagonistas del siguiente texto: el Señor Ego y la Señora Soberbia

Escribe en su muro de Facebook el autor del libro,"Sigue tu camino de Baldosas Amarillas", José Luís Fuentes, lo siguiente:

El señor Ego estaba reunido con doña Soberbia. En diez minutos comenzaba el consejo de dirección. El señor Ego estaba contando a los becarios y palmeros sus últimas hazañas jugando al golf, lo bien que se le daba navegar en su nuevo barco de velas, cómo se había comprado un traje de 4500 euros en su último viaje a NY…- cuestión de clase, decía el señor Ego, el que vale, vale...

La señora Soberbia estaba gritando por teléfono a su secretario- imbécil, los papeles los quiero ya! - ¿Y tú que miras? Vete a freír moñas y déjame en paz...La señora soberbia traía el rictus desencajado, siempre estaba enfadada y su mirada penetraba en los miedos de sus compañeros... nadie se atrevía a cuestionarla, porque la agresividad que emanaba era letal.

El señor Ego y la señora Soberbia eran pareja desde hacía muchos años. Se conocieron en una subasta de Sotheby's en Londres, pujando por un pequeño cuadro del que no se esperaba recaudar más de 12000 libras pero que Don Ego Doña Soberbia se enfrascaron en una lucha interminable hasta que Don Ego terminó pagando 35.000 libras. Aquella noche hicieron el amor desde el rencor, la superioridad y la desconfianza. Y unidos hasta ahora.

Hoy, dirigían una multinacional dedicada a la fabricación de nano transmisores neuronales capaces de mejorar la efectividad del sistema neuronal una vez comienza a deteriorarse. Cinco premios Nobel trabajan en su equipo. Se reunían hoy de urgencias porque se había detectado un efecto secundario.

Mejorando la capacidad del pensamiento en los clientes, estos, empezaban a recordar su pasado, su memoria emocional, y comenzaban a ser dueños de sus propias emociones consiguiendo un efecto de felicidad inmediata.

Don Ego y Doña Soberbia no estaban contentos con los efectos secundarios. Si sus clientes comenzaban a ser felices... nadie les tendría miedo... Y ellos vivían de producir desde el miedo.... ahora, cabía la posibilidad de que se generara un motín puesto que la felicidad podía llegar a ser productiva... Don Ego y Doña Soberbiase preguntaban ...

¿Quién va a ser ahora el ombligo del mundo?

José Luis Fuentes ©

"Empresas con corazón". 

Este texto tan enriquecedor que, desde el prísma del conocimiento, dos personajes execrables manifiestan con petulancia sus miserias, es una realidad, nunca un cuento, nunca una fábula. En definitiva es un acierto, la verdad sobre la indiferencia que se merecen quienes de un modo u otro son familias de D. EGO y de DOÑA SOBERBIA.
Este es el fiel reflejo de una sociedad que necesita menos zancadillas y más amor; menos Brujas y más Duendes, menos impaciencia y más gratitud, menos lobos y más perros lazarillos, menos demonios y más ángeles, menos oscuridad y más magia: la que emite el corazón y no la que surge detrás de apariencias, de disfraces, de indivíduos con aspectos de "Mensajero de Dios" cuando son enviados del Infierno.

Al final todo lo que queda es lo que provocamos con el pensamiento y las palabras. Todo lo que cultivamos se recoge en la cosecha de nuestras acciones. Si no conseguimos lo que nos proponemos alguna razón habrá aunque no se quiera reconocer los equívocos, el Señor Ego y la Señora Soberbia, demasiado tienen que ver en esta Partida de Ajedrez

Juanjo Sánchez ©
Algeciras, 16 de julio, 2015

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